En el 75, una profesora en la universidad en un curso de biología molecular comentó que la mejor definición de caos era la recámara de uno de sus hijos durante los fines de semana que el joven llegaba a casa. No obstante, el adolescente aducía que era terrible llegar a su casa porque la señora de la limpieza le dejaba todo hecho un caos pues nada de lo que él había dejado de tal o cual forma permanecía en su lugar. Finalmente la profesora optó por poner un letrero en la puerta de la habitación de su hijo con la siguiente advertencia: ZONA DE DESASTRE. No se volvió a hacer la limpieza en ese cuarto y el joven a partir de ese momento tuvo la certeza de saber donde estaba cada cosa en su habitación.
La ciencia clásica acaba donde el caos empieza. Mientras los físicos indagan las leyes naturales, el mundo adolece de una ignorancia especial en lo que concierne a los desórdenes de la atmósfera y del mar, a las fluctuaciones de las poblaciones de animales y plantas; y a las oscilaciones del corazón y el cerebro. El comportamiento irregular de la naturaleza, su parte discontinua y variable, ha sido un rompecabezas a los ojos de la ciencia.
LA MODERNA TEORÍA DEL CAOS
En la década de los 70, un grupo de científicos estadounidenses y europeos comenzó a fraguarse camino en el desorden, eran matemáticos, físicos y biólogos, y todos buscaban nexos entre las diferentes clases de irregularidades. Junto con la teoría de la relatividad y la cuántica, la moderna teoría del caos en sistemas dinámicos forma parte de la gran evolución de la física del siglo XX. Al igual que las otras dos teorías, el caos ataca a los principios newtonianos. La relatividad eliminó la idea del espacio y el tiempo absolutos; la teoría cuántica acabó con la posibilidad de un proceso de medición controlable; y el caos terminó con las teorías de Laplace de la predictibilidad determinista.
De las tres revoluciones, la del caos importa al mundo que vemos y tocamos, a los objetos de proporción humana. La experiencia cotidiana y las imágenes reales de cuanto nos rodea se han convertido en objeto de investigación.
FENÓMENOS CAÓTICOS
Desde mediados de la década de los 70, el término caos ha aparecido cada vez con más frecuencia en la literatura científica ya que esta nueva teoría ha nacido con ciertas ventajas con respecto a la relatividad y a la mecánica cuántica. Los fenómenos supuestamente caóticos suelen poder verse y apreciarse sin necesidad de telescopios ni microscopios, y pueden registrarse sin cámaras de alta velocidad o con exposición.
El caos se encuentra tanto en sucesos cotidianos como la caída de una hoja o el ondear de una bandera, como en otros tan complejos como las fluctuaciones climáticas, las trayectorias de los cometas o la evolución del propio sistema solar.La teoría del caos se caracteriza por la descripción matemática del comportamiento, en extremo complejo y previsible sólo dentro de unos horizontes temporales limitados, de sistemas físicos que en apariencia pueden parecer muy simples. El nombre de caos y el adjetivo de caótico son usados para describir el comportamiento temporal de un sistema cuando dicho comportamiento es aperiódico y aparentemente aleatorio o ruidoso. La palabra clave aquí es aparentemente. Bajo esta aparente aleatoriedad caótica subyace un determinado y riguroso orden.
EFECTO MARIPOSA
La imagen que más ha contribuido a difundir la teoría del caos es el conocido efecto mariposa que hace mención a la especial sensibilidad de los sistemas caóticos a las condiciones iniciales. La expresión hace referencia y viene a explicar que una pequeña perturbación del estado inicial de un sistema puede traducirse, en un breve lapso de tiempo, en un cambio importante en el estado final del mismo. Volviendo al popular efecto mariposa, éste vendría a decir de forma coloquial que ''...si agita hoy, con su aleteo, el aire de Pekín, una mariposa puede modificar los sistemas climáticos de Nueva York el mes que viene.'' (Gleick, 1988)
No obstante el caos va más allá de este efecto, si sólo nos quedáramos aquí nos encontraríamos en medio del más puro azar. Pero en el caos hay más que azar, el caos encierra en sí mismo una fina estructura geométrica, un orden detrás de la aparente casualidad y esto realmente es algo que siempre me ha inquietado y que me obliga de tiempo en tiempo a indagar más sobre este tema que espero poder compartir más adelante con ustedes cuando obtenga más información al respecto. Por lo pronto pueden consultar este artículo que encontré en Internet y que he querido compartir con ustedes haciendo este breve resumen.
Fuente del texto: http://chaos.usc.es/WEB_CAOS/inicio_1b.htm
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